Fryderyk Franciszek Chopin fue un compositor y virtuoso pianista polaco, considerado como uno de los más importantes de la historia. Su perfecta técnica, refinamiento estilístico y elaboración armónica han sido comparadas históricamente con las de Bach, Liszt y Beethoven por su perdurable influencia en la música de tiempos posteriores. No obstante, y pese a su talento, Chopin representa un extraño caso entre los grandes compositores, ya que sufría una serie de visiones terroríficas y visitas de fantasmas, en el último tramo de su vida.

Uno de esos episodios ocurrió el 9 de septiembre de 1848, provocando que el músico interrumpiera momentáneamente un recital en un salón de Londres. Respecto a ello, Chopin, en un fragmento de una carta dirigida a Solange Clésinger asegura: Viví una extraña aventura mientras interpretaba la Sonata en si bemol menor para unos amigos ingleses. Había tocado el Allegro y el Scherzo más o menos correctamente e iba a empezar la Marcha cuando, de repente, vi salir de la caja del piano a las malditas criaturas que se me habían aparecido en una noche lúgubre en el monasterio Cartujo. Tuve que parar un momento para recuperarme y después continué tocando sin decir nada.

En sus memorias, la esposa de Chopin, Amandine Lucile, más conocida con el seudónimo de George Sand, recuerda que la estancia del monasterio de Cartuja, que visitaron en 1838 estuvo repleta de terrores y fantasmas para Chopin. “A la vuelta de una de mis exploraciones nocturnas de las ruinas con mis hijos, le encontré, a las diez de la noche, pálido frente al piano, con los ojos en blanco y el pelo en punta. Tardó un rato en reconocernos. Luego manifestó haber escuchado un golpe en la puerta que lo condujo a observar una visión, se trataba de su propia muerte”, escribió la mujer en la obra Histoire de ma vie.

En la revista Medical Humanities, el radiólogo y neurólogo Manuel Vázquez y Francisco Brañas aseguran que las alucinaciones sufridas por Chopin fueron producto del padecimiento epiléptico de su lóbulo temporal. Experimentar alucinaciones, explican los médicos españoles en Medical Humanities, es un síntoma de varios desórdenes psiquiátricos, como la esquizofrenia, el desorden bipolar, la depresión y los estados disociativos. 

Vázquez y Brañas admiten, no obstante, que es difícil llegar a un diagnóstico definitivo sin poder explorar al paciente con los medios al alcance de la medicina moderna.

Por ello, sea cual fuese el diagnóstico clínico de este músico, no hay duda de que su genio atormentado, su pertenencia al movimiento romántico, y por tanto, su idea de lo imposible y la melancolía misma, inspiraron un sinnúmero de piezas, estudios y sonatas para piano que serán recordados eternamente por toda la humanidad.